CAPÍTULO 131. Salida del encierro.
Capítulo 131
Salida del encierro.
El primer escalón crujió bajo el peso de Leonard y resonó en el silencio del loft. La lluvia seguía golpeando el techo de chapa con furia, como un tamborileo insistente que marcaba el pulso de aquella tensa mañana.
Leonard bajó a la cocina con los pies descalzos. Sus hombros estaban erguidos, la mandíbula apretada, como si contuviera una tormenta interior.
Camila estaba de espaldas al ventanal, con los brazos cruzados y la mirada fija en el mar embravecido. Llevaba un vestido ligero de tirantes, sus pies descalzos apoyados en el frío suelo. Sobre la mesada, la cafetera exhalaba un silbido débil: el café acababa de terminar de filtrarse. El aroma intenso llenaba el ambiente.
Leonard se plantó junto a ella sin anunciarse. El aire olía a café recién hecho y a pan tostado. Camila sintió su presencia y giró lentamente. Sus ojos brillaron al verlo, una chispa de esperanza en medio de la grisura.
—Buenos días —dijo ella, con voz suave—. Pensé que no bajaría