Capítulo 146

Nuevas estrategias.

A la luz mortecina de las lámparas de pared, Leonard deslizaba con cuidado un panel del zócalo, dejando al descubierto un pequeño hueco donde encajó la microcámara. Su respiración era suave, contenida, para no crujir el parquet. A unos pasos, Alessia colocaba un micrófono con forma de botón junto a la rejilla del aire acondicionado.

—Hecho —susurró él, al tiempo que conectaba el transmisor a un cable diminuto—. Ya tenemos vista y sonido.

—Perfecto —respondió ella—. Ahora podremos ver todo lo que pase aquí dentro. Y escucharlo.

El dispositivo secundario, junto al marco de la ventana, capturaría cualquier conversación en voz baja; el micrófono oculto en el florero, las voces más distantes. Cuando terminaron, repasaron la instalación con linternas de luz roja para no llamar la atención.

—Tres cámaras, dos micrófonos —contó Leonard—. Nadie notará estas puntas casi invisibles.

—Y todo enviando señal cifrada al móvil de Iván —añadió Alessia—. Está todo pre