— Oye… Jon… ¿No te gustaría ser mi papá?
— April… — Megan observó detenidamente a la pequeña con una expresión entremezclada de preocupación y tristeza. — ¿Qué estás diciendo, hija?
— Es que… Mami… — April bajó la vista, haciendo un puchero.
Jonathan le hizo una seña a Megan, para que le dejara hablar por un momento.
— Oye… Pequeña… — Murmuró Jonathan a April, ella levantó la vista. — ¿Sabes?, me hubiera encantado ser padre de una niña tan hermosa como tú… — La pequeña sonrió. — Pero eso no puede ser, ya sabes, soy como tu tío y eso sería extraño, ¿no crees?
— Pero… Pero quiero un papá y así, las niñas ya no serían malas…
— Tranquila, nena… Estoy seguro, que un grandioso papá viene en camino y cuando llegue, será el más sorprendente…
— Jonathan… — Musitó Megan, intentando detenerlo, pues a ella no le gustaba crearle falsas ilusiones a April, pero Jonathan la ignoro.
— Mientras tanto, para cuando me necesites o tengas una actividad en el colegio, puedes llamar al tío Jon