Con cada día que pasaba, la tensión en la empresa de Ethan aumentaba. Las amenazas anónimas y las revelaciones sobre la operación de espionaje corporativo tenían a todos en vilo. A pesar de las advertencias, Ethan y su equipo estaban decididos a continuar su investigación y desenmascarar al culpable.
El jefe de seguridad cibernética había rastreado la dirección IP comprometida hasta un edificio de oficinas en el centro de la ciudad. La oficina estaba vacía, pero contenía equipos y documentos que apuntaban a una operación meticulosa y bien financiada.
Ethan y su equipo trabajaban incansablemente, revisando cada detalle en los documentos recuperados. La presión aumentaba, pero la determinación de descubrir la verdad era aún mayor.
Una mañana, mientras Ethan estaba en su oficina revisando algunos documentos, recibió una llamada urgente del jefe de seguridad.
—Ethan, tenemos algo. Hemos encontrado un nombre en uno de los documentos que podría ser nuestro principal sospechoso. Se trata de