279. LOS MANTENDRÉ A SALVO
VALERIA
Al escuchar ese grito desgarrador de mi pequeña cachorra, sentí que el mundo se me caía encima.
Corrí a una velocidad vertiginosa, a pesar de las molestias en mi cuerpo.
Últimamente, no me he sentido muy bien; creo que es el estrés y la preocupación por las calamidades que se avecinan.
Sorteando los árboles, con mi lycan siempre siguiendo mis pasos, me encuentro a Sigrid llorando, sentada al lado del pozo.
—¡Sigrid, calma, mi vida, cálmate! —me abalancé enseguida hacia ella y la abracé contra mi pecho, de rodillas sobre la hierba húmeda.
Temblaba incontrolablemente, su piel estaba fría. Se escondió contra mi cuerpo, me abrazó desconsolada.
Diosa, ¿qué le ha pasado a mi hija en esta hora que llevo separada de ella?
—Mamita, mamita… —solo me llama y llora de una manera que me rompe el corazón.
No puedo hacer más que acariciar su cabello y tratar de darle seguridad.
—Aldric… —lo siento acercarse.
Nos abraza a ambas, se sienta en el suelo y nos sostiene con sus brazos po