254. UN PLAN CON FINAL INESPERADO
VICTORIA
Las nubes de tormenta en el cielo no presagiaban nada bueno, y menos los guerreros a caballo que llegaron al feudo desde temprano.
Un pequeño ejército de hombres lobos estaba asentado cerca. Los que antes eran aliados ahora venían a hacer reclamos y poner condiciones.
Dracomir no me dijo nada en concreto, pero me advirtió que estuviese alerta y lista para partir si era necesario.
Me reveló el escondrijo de una bolsa llena de oro, dejó todo preparado por si teníamos que escapar.
Sabía que contaba con poco apoyo de sus propios guerreros.
¿Pero a dónde irnos si todos eran enemigos en este reino?
No estaba dispuesta a que renunciara por mí.
Él se había ganado su puesto y nadie se lo quitaría solo porque me eligió.
Sentada en la biblioteca, esperaba mi momento, tamborileando los dedos sobre la mesita, hasta que al fin Meridiana apareció controlando el cuerpo de esa chica.
—Srta., el té que me pidió para calmar la ansiedad —me dijo lo suficientemente alto para ser escuchada a travé