124. FLORES DEVORADORAS DE MAGIA
NYX
Convoqué con magia el arma que más me gustaba y cuando saltó hacia mí, en mis manos se materializó un hacha enorme y afilada.
Ondeé el filo hacia él, pasando a solo milímetros de su pelaje; se lo pensaría dos veces antes de atacarme de frente.
Pero era veloz y esquivo, muy astuto.
Rodé por el suelo cuando lo tuve abalanzándose desde un punto muerto a mi costado.
Caí de golpe sobre las losas frías y elevé mis manos con el mango aferrado fuertemente.
Sus fauces abiertas se cerraron en la madera, zarandeándome los brazos.
Iba a patearlo en la barriga, pero en eso, un evento insólito ocurrió: la magia del hacha estaba siendo absorbida por ese lobo.
Algo salió del interior de su pelaje, parecían raíces negras de alguna planta y se enredaron en el mango, desintegrándolo a una velocidad alarmante.
—¡¿Pero qué es esto?!
—¡NYX, NO TE DISTRAIGAS! —el rugido de Aidan me sacó del asombro.
El hacha desaparecía de mis manos y con ella mi defensa.
Cuando el lobo del Beta fue a vencerme, subí el