107. TE METES TU AYUDA DONDE NO DÉ EL SOL
NYX
Aidan enseguida dio un paso atrás, como horrorizado.
Sus pupilas se estrechaban y la respiración salía en ráfagas agitadas.
Su lobo Alfa, reflejado en la superficie, me miraba con una mezcla de rabia y otros sentimientos que no pude descifrar.
— No estás en tu territorio hechicerita, ¡este es mi mundo! - me rugió sacando los caninos, como si yo no pudiese también sacar los míos.
— ¡Si no te muestro el camino a tu casa, jamás podrás encontrarlo sin mi guía!
— ¡Te metes tu guía donde no le dé el sol! - gruñí como una loba y disfruté su expresión de asombro.
— ¿Cómo es que sacas atributos de lobos? ¿Acaso no eres una bruja?
— ¡¿Qué parte de “soy una Selenia” no entendiste?! - quería acercarme, tomar su rostro entre mis garras y… y… no sé… ¿quizás morderlo?
—Por favor, cálmense los dos… —la voz débil de Isabella rompió la atmósfera tensa.
La cara de Aidan volvió a cambiar y esa máscara de hielo, que no me dejaba ver su verdadero ser, cubrió nuevamente sus facciones.
—Bella, es mejor