VICTORIA
  Me acerco sigilosamente a la habitación de Santi, espero que de verdad no los agarre en nada raro o muero de vergüenza.
  Toco y espero a que abran y no tarda mucho antes de que la puerta sea abierta.
  Una de las gemelas es quien me abre y al ver que soy yo, se inclina ligeramente.
  —¿Mi Reina, puedo hacer algo por usted?
  Entro y paso adelante, la otra gemela está en la cama mientras Santi le masajea los pies.
  —Necesito un favor de ustedes, pero necesito que sean silenciosas y de ser posible consigan algo que cubra nuestro olor.
  Todos se miran sorprendidos y ahora Santi me ve con cara de que estoy a punto de cometer una estupidez.
  —Tienen media hora.
  Salí y corrí a mi habitación. Me bañé y me coloqué ropa cómoda.
  No pasó ni media hora y ya estaban las gemelas y Santi en la parte trasera del castillo.
  —Aquí está lo que nos pediste para cubrir el olor, pero…
  —¿Cuáles son sus nombres?
  —Garden y Garrett.
  Les di un asentamiento antes de comenzar nuestro via