Andrea
Siento mucho calor y me doy cuenta que estoy envuelta entre los brazos de Lorenzo, mi esposo. “Te amo, mi piccolina. Te amo” resuenan en mi mente y recordarlas hace que mi tonto corazón lata emocionado. Tengo que saber que pasó hace diez años y por qué se burló de mí de esa forma.
No puedo negar que anoche adoró mi cuerpo y me hizo sentir la mujer mas especial. Cada beso y caricia que me daba iba impregnado con un sentimiento muy diferente a los que habíamos compartido anteriormente.
Es como justo ahora, me tiene entre sus brazos como si temiera perderme. Y por un momento decido bajar mis defensas. No puedo cerrarme a lo que vaya a decirme, porque muy dentro de mí quiero creer que sus palabras no salieron por un momento de placer.
Su mejilla sigue recostada sobre su amplio y duro pecho, y me atrevo a tocar con mis manos. ¿En qué momento ese jovencito de quién me enamoré se convirtió en este hombre tan musculoso? ¿Por qué me siento tan segura entre sus brazos? Mi mente no dej