Al ver que su hijo aún dormía, Ayunda aprovechó la oportunidad para ir al departamento de administración. La mujer deseaba saldar la cuenta del tratamiento de su hijo.
“Disculpe.”
“Sí, señora, ¿en qué puedo ayudarla?” preguntó el personal.
“Quisiera consultar los gastos administrativos de mi hijo. Además, me gustaría solicitar un cambio de habitación, ya que considero que la actual es demasiado grande y lujosa para que la ocupe mi hijo”, respondió Ayunda.
“¿A nombre de quién, por favor?”
“Richie, Richie Ganendra Farraz.”
La empleada administrativa se sorprendió al oír el nombre mencionado por Ayunda. Entonces volvió a preguntar:
“¿Es usted la señora Ayunda Ryana?”
“Sí, ese es mi nombre”, respondió Ayunda, frunciendo el ceño al notar el cambio de expresión en la mujer frente a ella.
“¿Qué sucede, Sus?” preguntó Ayunda con curiosidad.
“No, discúlpeme señora. Me acabo de dar cuenta de quién es usted”, respondió la mujer con velo blanco, lo que hizo que Ayunda se sintiera aún más confundi