Ayunda se sorprendió al ver quién la había llamado. La mujer no esperaba encontrarse con uno de los amigos de Mahardika en ese lugar.
"¿Do-Don Keenan? ¿U-Usted está aquí?"
Ayunda no pudo ocultar su nerviosismo, sorpresa y miedo. Su rostro, que antes era normal, se puso pálido de repente. Este encuentro casual era algo que Ayunda nunca había esperado.
Sin embargo, la reacción de Keenan fue diferente. El hombre parecía muy entusiasmado al encontrarse accidentalmente con Ayunda.
"¿Así que eres Ayunda? ¡Dios mío, dónde has estado todo este tiempo?" preguntó Keenan con tanto entusiasmo que no se dio cuenta de la gente a su alrededor.
Ayunda no sabía qué hacer para enfrentarse al hombre que tenía delante. Por suerte, la llamada del cajero la salvó de esa situación incómoda.
"¡Siguiente!"
Ayunda inmediatamente se acercó al cajero y pagó sus compras para poder irse de allí lo más rápido posible. Quería evitar a cualquiera relacionado con Mahardika o su familia.
"Gracias."
Después de