Mahardika desvió su atención de los documentos que tenía en sus manos hacia la puerta, justo cuando esta se abrió. Keenan apareció con una expresión de confusión muy evidente en su rostro.
"¿Keenan, ya llegaste? ¿Qué te pasa con esa cara?"
preguntó Mahardika entrecerrando los ojos.
Hasta ahora, solo Keenan, su amigo más hábil, había podido ocultar sus expresiones faciales. Pero esta vez, Keenan se veía muy diferente. Así que era normal que Mahardika le preguntara.
Al escuchar la pregunta de Mahardika, Keenan negó con la cabeza. No quería hacer que su amigo sospechara.
"No, solo estoy pensando en el proyecto. Últimamente mi trabajo ha aumentado mucho, por lo que mi tiempo de descanso se ha reducido", respondió Keenan.
El hombre dudaba si debía o no contarle a Mahardika sobre su encuentro con Ayunda. Teniendo en cuenta cómo su amigo la había estado buscando todo este tiempo.
"Emm, Mahar, antes yo... antes—"
"¿Oye, qué te pasa? ¿Por qué hablas así?" preguntó Mahardika sorprendido