*—Uriel:
Como pareja de Danny, él prefería no meterse directamente en la conversación emocional entre padre e hijo, pero sabía que Nathaniel estaba luchando con muchos sentimientos encontrados: la traición de su madre, el dolor de la separación, la orden de alejamiento injusta que casi le arrebató a su padre… Si no fuera por la intervención de Uriel y otros aliados, aquella herida quizás seguiría abierta y sangrando.
Danny entendió el mensaje.
—Nate —dijo con suavidad, girándose hacia él—. Hablemos un momento.
Nathaniel no respondió, ni levantó la mirada. Sus dedos jugueteaban con la servilleta, el ceño fruncido en una expresión tensa. Danny suspiró y extendió la mano, posándola con firmeza y cariño sobre el hombro de su hijo.
—Sé que estás enfadado con tu madre. Que estás dolido por lo que hizo, por lo que me hizo a mí, y por cómo te alejaron de mí —dijo con sinceridad—. Créeme que entiendo esa rabia, pero quiero pedirte algo importante…
Danny lo miró, con el rostro abierto y vulner