Quiero gritar, caigo al piso y mi madre me socorre, quiere quitarme el teléfono, pero no se lo permito.
- ¿Algo más, Camila? – mi voz está quebrada como mi corazón -.
- Están rescatando sobrevivientes en botes, mucha gente se refugió en los techos y algunos que fueron arrastrados están sujetos a los árboles o los pocos postes de luz que quedaron en pie. Joaquín está muy mal y tu padre no está mejor.
- Gracias Camila – un susurro, eso es todo lo que sale de mí, el último aire que quedaba en mis pulmones se va con mis palabras -. Si hablas nuevamente con él dile que lo quiero mucho y que por favor... Encuentren a Arturo.
- Me quedaré hasta la siete de la tarde aquí para esperar noticias. Lo que sepa te lo diré de inmediato, espero que las comunicaciones se mejoren para entonces. Adiós.
- Adiós y graci