Estella es una chica de 16 años que viaja cada verano a la ciudad de Caldera, al norte de Chile, para visitar a su padre. Por primera vez viajará sola, sin la compañía de su abuela, y de mala gana porque tenía otros planes para su verano. Pero todo se quedará atrás cuando conozca a Arturo, un chico de su edad. Ambos descubrirán la magia del primer amor en una ciudad que servirá de punto medio en su relación inocente, buscando que la distancia no haga morir lo que entre ellos ha nacido. Pero ¿podrán superar un desastre natural? Ambientada en el año 2015, en Chile.
Leer másEl primer amor puede llegar en cualquier momento, incluso cuando ya crees que lo habías tenido frente a ti.
Ese primer amor puede ser fugaz o eterno.
El primer amor puede hacerte perder la cordura u obligarte a centrar tus pies en la tierra.
El primer amor puede llegar en el invierno o en el verano, pero nunca te fíes de uno que ha llegado en la primavera, porque por esas fechas las alergias nos pueden nublar la vista y elegir al equivocado.
El amor inocente siempre será el mejor de todos, porque esa es la mejor manera de conocer a alguien, sus intenciones y cuánto tiempo podría quedarse contigo… tal vez para siempre.
Pero cuidado con el dolor, porque a veces es inevitable y tienes que aprender a vivir con él, porque será imposible sacarlo tú sola. Así como yo no he podido sacarte a ti de mi corazón.
Estella escribe en su diario lo que su alma le pide que saque de una vez. Es imposible para ella que las lágrimas la dejen tranquila, pero debe hacerlo.
Mira el techo y trata de pensar en la última vez que lo vio, cuando se despidieron y quedó en el aire la promesa de que no sería solo un amor de verano. Que el próximo verano se irían de viaje y que luego buscarían juntos la universidad donde los dos se acompañarían.
El amor que la hace sentir en completa soledad la hace arrepentirse de haber elegido enamorarse del primer chico bonito que la cortejó de verdad y que le ofreció su corazón herido, tímido y triste.
No es su culpa, ella estaba igual. Encontró en él la oportunidad de curarse y seguir adelante.
Llaman a su puerta y esconde más sus lágrimas que el diario que tiene en frente. Ahora mismo le preocupa más que descubran su propio río oculto que las palabras que allí utiliza para desahogarse.
Oscuridad, dolor. Llanto, suspiros tras la respiración que quisiera que desapareciera. Pero su cerebro la obliga a vivir esa agonía que pinta a ser eterna, porque no cree que alguien se tome la molestia de acunar su corazón roto y la ayude a amar de nuevo.
Está perdida, todo lo que creía que sería… ya no será.
Su voz perdida en el tiempo, el brillo del sol opacado y las esperanzas rotas tras una búsqueda que no arrojó ninguna señal.
Los golpes suaves en la puerta la obligan a volver.
Si te ha gustado mi historia puedes buscar:- Sola (Mejor Sola que Mal acompañada 1)- Casi Sola (Mejor Sola que Mal acompañada 2)- Munata Awki (El Amor que mereces 1)- Por tu Sonrisa.- Un Amante para mi Esposa (en proceso)- Historias cortas de Mujeres Fuertes (gratis)Historias que vendrán:- Libre (Mejor Sola que Mal acompañada 3)- Y llegaste tú (El Amor que mereces 2)- No me mires.- Posible saga de mitología griega.- Y como 8 historias más.También te invito a buscar a mis autoras favoritas:- Jeda Clavo- Day Torres- LizcaroMCGracias por leerme ;)Nos vemos en las siguientes novelas.Sofía de Orellana
Miro mi anillo de compromiso y viajo hasta el día en que Arturo me lo dio. Han pasado más de diez años desde que acepté ser su esposa, pero nos tardamos cinco años en contraer matrimonio.Decidimos seguir esperando al menos hasta que termináramos nuestras carreras, una vez egresados nos casamos e iniciamos otro nivel de relación. Aunque nuestros amigos y compañeros de universidad nunca nos creyeron que la intimidad no era parte de nuestra rutina, para nosotros era suficiente que fuera verdad.No voy a negar que hubo momentos en los que casi caemos, porque vivir juntos fue todo un reto en muchas cosas, incluida esa. Pero lo logramos, pasamos la prueba y llegamos al matrimonio tal como queríamos, maduros, seguros y con muchas ganas.Estoy sentada en mi oficina, pensando en mi amado esposo. Cada día más guapo, más celoso y protector, pero solo puedo pensar que se pondrá peor.
Luego de meses agitados, el ir y venir entre Santiago y Caldera, hemos finalizado el año escolar. Los padres de Arturo hicieron todo lo posible para trasladarlo al colegio particular de Caldera, el único que podía recibirlo a esas alturas del año.Robert fue detenido ese mismo día, cuando apenas despertaba de su inconciencia. Me tocó acompañar a mi chico cuando tuvo que declarar, su relato volvió a conmoverme, desde su lugar me miraba y me guiñaba el ojo, para que me calmara, pero era imposible.Escuchar su historia, era recordar mi dolor.Nada de lo que viví el verano me había preparado para lo que me tocó vivir en su ausencia, ese vacío que cubrió mi corazón fue mucho mayor al que lo cubrió por catorce años. Sentí muchas veces que no podía caminar, se había abierto un agujero inmenso bajo mis pies que me lo impedían
Me lanzo sobre él, odiando la manera en que nos ha dado este susto. No puedo dejar de llorar y él ríe débil por mi estado.-Tranquila, estoy bien. Solo me desmayé cuando me ingresaron, nada más.-Señorita, el joven está bien aparentemente. Le haremos exámenes para ver que todo esté en orden y podrá ir a casa – me dice el doctor -. Ya está con su acompañante, así que lo dejo en buenas manos, en unos minutos vendrá un paramédico a tomar las muestras y a llevarlo a la sala de espera.El hombre nos sonríe y se va. Estas salas están interconectadas por un pasillo, las separan paredes de concreto nada más. Lo miro, le acaricio el rostro y se me hace extraño verle con esa barba.-¿Segura que te gusta?-Sí, es solo que te hace ver mayor. Ahora sí que nos verán raro – nos re&iacut
Llegamos a casa de mi padre, no hemos dejado de abrazarnos en todo el camino, porque su cuerpo me da calor y el mío le da soporte, está muy débil aunque quiera hacerme creer lo contrario. Al abrir la puerta, llamo a mis padres, quienes aparecen asustados y se quedan helados al verme con mi chico.-Papá, llama al señor González. Mamá, trae agua por favor y una manta.-Arturo – mi padre deja caer lágrimas, pero lo detengo -.-Primero llama y luego dices y lloras todo lo que quieras.Mi madre llega con el vaso de agua y corre por la manta.-¿Quieres algo de comer? – le pregunto acomodándolo en el sofá -.-Sí, eso estaría bien – veo que comienza a relajarse y lo obligo a que se recueste. Temblores en su cuerpo me hacen ver que su ropa es insuficiente para abrigarlo y me quito el poncho para cubrirlo con el -.Me voy a la cocina a p
Tras un largo viaje, como suelen ser los viajes realizados en el día, ayer llegamos a Caldera por la noche. Mi padre nos esperaba en el terminal muerto de frío, pero con su sonrisa de siempre. Nos dimos un enorme abrazo y luego corrimos con el equipaje los tres al auto.Me cuenta que los padres de Arturo se han instalado aquí. Para Graciela se volvió doloroso estar en una ciudad donde su hijo perdió la vida y ni siquiera pudieran recuperar su cuerpo.Al llegar a casa, bebemos algo caliente y comemos algo liviano, luego de eso nos vamos a descansar. Lo primero que hago es buscar el cuadro para ponerlo sobre mi escritorio y saco el álbum para ver la foto donde estamos acostados aquí, descansando luego de un día intenso en la playa con nuestros padres.Me acuesto pensando en las veces que dormimos la siesta aquí, pero sobre todo en nuestra última noche juntos, en dormimos abrazados.-Te am
Último capítulo