Capítulo 841
Nicolás se quedó inmóvil.

—¡Diana!

—¡Diego!

Diana corrió hacia Nicolás.

Él extendió sus brazos y la estrechó contra su pecho.

Las lágrimas de Diana comenzaron a caer mientras se refugiaba en su abrazo.

—Diego, ¿eres realmente tú? Aquel día te reconocí. ¿Por qué no me dijiste quién eras?

Aquel día, cuando Nicolás se había hecho pasar por taxista, ella ya lo había reconocido, pero él lo negó.

Nicolás solo podía abrazarla con fuerza. No sabía si su rostro asustaría a Diana. A veces, deseaba que su antiguo yo permaneciera para siempre en los corazones de Daniela y Diana. Cuánto deseaba que no vieran su rostro desfigurado.

—Diego, ¿dónde has estado estos tres años? ¿Por qué no volviste? Daniela y yo te extrañábamos tanto. ¿Acaso no nos echaste de menos?

Diana sollozaba desconsoladamente.

Nicolás la abrazaba.

—No, Diana. Las extrañé. Pensaba en ustedes todos los días...

Sus padres se habían ido. En este mundo, solo tenía a Daniela y Diana.

Una era la mujer que amaba.

La otra era su hermana.

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