Mateo dio media vuelta y se marchó.
Luciana se despidió de Valentina con un gesto de la mano.
—Valentina, me voy.
Luego corrió tras Mateo.
—¡Mateo, espérame!
—Héctor, yo también me retiro —dijo Irina, siguiendo a la pareja.
Sofía miró a Valentina con curiosidad.
—Mami, ¿por qué papá se fue con esa señora mala? No me gusta esa señora mala, ella te hace daño.
Valentina miró hacia la dirección por donde habían desaparecido Mateo y Luciana, y sonrió con dulzura.
—Sofía, los asuntos de los adultos son muy complicados. Lo único que debes recordar es que papá y mamá te quieren mucho y siempre estaremos contigo.
Sofía asintió feliz.
—Sí.
Nadia observó a Valentina con preocupación.
—Valentina, ¿estás bien?
Temía que Valentina estuviera afectada emocionalmente.
—Estoy bien.
—¡Esa Luciana es una hipócrita! —protestó Daniela—. Dice que le dará un hijo a Mateo... ¡como si tuviera esa suerte!
De repente, Valentina frunció el ceño y se inclinó para vomitar. Sin embargo, como no había comido nada, ape