Valentina estaba sentada en el camerino mientras la maquilladora le aplicaba el maquillaje. Su piel era perfecta, lucía hermosa con cualquier estilo.
Katerina llegó con Sofía, quien corrió feliz a los brazos de Valentina.
—¡Mami! Mami, ¡estás tan hermosa hoy! Aunque, por supuesto, siempre eres hermosa.
Sofía comenzó halagando dulcemente a Valentina.
Valentina rápidamente le dio un beso en la mejilla.
—¡Cómo extrañaba a mi Sofía!
Katerina se acercó.
—¡Felicidades, Valentina!
Valentina sonrió.
—Katerina, he estado muy ocupada últimamente. Gracias por cuidar de Sofía, te lo agradezco mucho.
—Sofía es mi nieta, parte del linaje de los Figueroa. Es natural que yo, como su abuela, cuide de ella. Me encanta pasar tiempo con mi nieta —dijo Katerina, mirando a Sofía con infinito cariño.
Sofía rio traviesamente.
—Valentina, el señor Celemín y Nadia te han adoptado. Quién hubiera pensado que los lazos entre los Celemín y los Figueroa serían inseparables. Me alegro mucho por ti.
Katerina estaba ge