Irina sonrió.
—Luciana, me alegra que tengas una buena relación con tu madre.
Luciana resopló.
—Irina, eres muy buena fingiendo.
Luciana miró a su alrededor.
—¿Dónde está mi padre?
Irina no la miró. Se sentó lentamente a la mesa y comenzó a desayunar con movimientos elegantes.
—Oh, Héctor salió temprano esta mañana.
Luciana notó de repente algo diferente en Irina, como el hecho de que se sentara a desayunar sola sin esperarla.
Antes, cuando Irina se desvivía por complacerla, nunca se habría atrevido a hacer algo así.
—¿Adónde fue mi padre?
Irina bebió un sorbo de leche con indiferencia.
—No lo sé, pero muy temprano esta mañana vino el mayordomo personal de Héctor. Parecía llevar un informe médico en la mano.
¿Un informe médico?
Luciana sintió que se le oprimía el corazón y preguntó nerviosa:
—¿Qué tipo de informe? Nunca había oído que mi padre mencionara algo así.
Irina sonrió.
—No sé exactamente qué informe era. Déjame pensar... ¿podría ser... un informe de prueba de ADN?
¿Una prueba