Viviana sonrió y los dos bebieron la copa con los brazos entrelazados.Todos comenzaron a silbar:—¡A la habitación! ¡A la habitación! ¡A la habitación!
Al ver esta escena, Daniela sintió como si alguien le clavara agujas en el corazón. Le dolía profundamente.
Él bebía con los brazos entrelazados con Viviana.
Iba a casarse con Viviana.
Se casaría con otra chica.
¿Por qué le hacía esto?
En ese momento, el joven rico gritó:—¡Camarero, trae más bebida, nos hemos quedado sin alcohol!
—¡Enseguida!
Un camarero se acercó corriendo con una botella.
Daniela detuvo al camarero:—Dame la botella, yo la llevaré.
El camarero se sorprendió:—¿Qué quieres decir?
Daniela sacó un grueso fajo de billetes de su bolsillo y lo metió en el bolsillo del camarero:—Esto es lo que quiero decir.
El camarero entendió inmediatamente y le entregó la botella a Daniela con una sonrisa:—Muy bien, como digas.
Daniela tomó la botella, se puso una mascarilla y se dirigió al reservado de lujo.
El joven rico ordenó:—Camarera,