Esto aludía a los orígenes de Valentina, un secreto que actualmente solo conocían Ángel y Marcela. En su día también lo supo Alejandro, pero pagó con su vida por ello.
Ángel intervino rápidamente: —Mamá, no sigas.
Marcela, consciente de la gravedad del asunto, se calló de inmediato.
Catalina había aguzado el oído, esperando captar alguna información crucial, pero quedó decepcionada cuando se interrumpió la conversación.
Luciana y Dana rodeaban al falso doctor milagro: —¡Estafador, devuélvenos nuestro dinero ahora mismo!
—¡Te atreviste a engañar a los Méndez! ¡Eso es buscar la muerte!
Luciana y Dana descargaban su furia contra el falso doctor milagro.
Todo era culpa de este impostor. Los últimos días habían sido un verdadero infierno para los Méndez.
Marcela ordenó: —Ahora que hemos capturado al falso doctor milagro, recuperemos nuestro dinero de inmediato.
Ángel y Fabio asintieron: —De acuerdo.
Mientras tanto, el Rolls-Royce permanecía estacionado silenciosamente junto a la acera, obse