Todas las miradas en el bar 1996 se concentraron en Luciana.
Sus ojos brillaban con confianza mientras giraba hacia Mateo y lo jalaba para ponerlo de pie.
Él se irguió, imponente, mientras ella se pegaba a su cuerpo en un baile sensual que dejaba ver todo su encanto.
La hermosa pareja y su baile ardiente llevaron el ambiente del bar a su punto máximo.
Fue entonces cuando Valentina y Camila entraron. Valentina vio inmediatamente a Mateo y Luciana.
Estaban en el centro del reservado, bajo las luces brillantes, con Luciana bailando pegada a él mientras la miraba tiernamente con ternura, siendo el centro de atención.
—¡Bah! ¡Qué descarada, bailando así con un hombre casado! —espetó Camila inmediatamente.
Valentina sonrió levemente: —Ellos siempre han sido la pareja dorada del círculo. Déjalos, no importa.
Dicho eso, se dirigieron a su reservado, pero su amiga no podía tragarse su indignación: ¿No estudiaste baile también?
Era cierto.
En aquella época, Luciana necesitaba una clase