Luis terminó de firmar y al levantar la vista vio a Sara. Su mirada se detuvo un momento.
Hoy Sara había llegado con un abrigo negro, pero ahora que se lo quitó dejó ver la ropa que traía debajo: un vestido negro entallado y lo más importante, medias negras.
Sus piernas eran hermosísimas, largas y rectas. Ahora con las medias negras llamaban muchísimo la atención, en sus pies unos tacones de aguja. Con solo quedarse ahí parada leyendo resaltaba su figura perfecta y curvilínea.
Luis tenía muy buen ojo para elegir mujeres y tenía que admitir que su esposa de matrimonio arreglado era de primera en todos los aspectos.
Rostro de primera, figura de primera, talento de primera y gusto de primera para vivir.
Los Rodríguez eran una familia de élite y esta era la nuera que Lionel había elegido cuidadosamente entre miles. No había error.
—Señor Rodríguez, la reunión está por comenzar —dijo Lauro.
—Cancela la reunión.
Lauro se quedó sin palabras.
—¿Señor Rodríguez, qué dijo?
—Cancela la reunión y