Sara se quedó completamente congelada, en ese momento su cerebro estaba totalmente en blanco.
En realidad, en su corazón, no le importaba tanto si Luis tenía algo afuera, lo único que consideraba era si esa situación afectaría su posibilidad de quedar embarazada.
Hace un momento pensaba que Luis estaba enojado, no imaginó que él haría entrar a todos esos directores para explicarle que no tenía ninguna aventura.
Sara creía que todos los hombres del mundo eran iguales, como su papá, pero en este momento sintió de manera muy clara que no era así en absoluto.
Luis y su papá parecían ser personas de dos mundos diferentes.
En ese momento Luis miró a Sara.
—¿Escuchaste lo que dijeron?
Sara volvió en sí.
—¿Qué?
Luis extendió la mano.
—¡Ven aquí!
Le estaba pidiendo que se acercara.
Sara caminó hacia él.
Luis extendió la mano, la agarró de la muñeca y la jaló con fuerza. Sara cayó sentada en el sofá junto a él.
Luis dijo con diversión:
—¿Escuchaste o no lo que dijeron?
Sara asintió.
—Sí, lo escu