Capítulo 1098
Luis tenía el rostro lleno de interrogantes:

—...Rosa, mejor no duermas en el sofá. ¿Por qué no duermes entre nosotros dos?

Rosa respondió:

—Eso no estaría bien.

—Tú misma sabes que no está bien. ¿Cómo vamos a tener un hijo con tu presencia? El viejo no querrá que nos den instrucciones, ¿verdad?

Rosa admitió:

—...Dormir aquí realmente no parece apropiado. Entonces, señor, señora, ¡ánimo!

Rosa salió.

Ahora solo quedaban Luis y Sara en la habitación. Luis dijo:

—El viejo está vigilando, así que tenemos que dormir en la misma habitación. ¿No hay problema, verdad?

Sara extendió la mano y se quitó el abrigo blanco. Debajo llevaba un vestido. Negó con la cabeza:

—No hay problema.

Luis le echó un vistazo. El vestido ceñía su cintura, haciéndola lucir especialmente esbelta. Luis apartó rápidamente la mirada:

—Esta noche yo duermo en el sofá y tú en la cama.

Sara lo miró:

—Rosa nos está vigilando constantemente. Esta noche durmamos juntos en la cama.

Luis no esperaba que fuera tan directa. Se e
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