Capítulo 1091
Él aún quería llevarla a casa.

Valentina extendió la mano y abrazó a Mateo.

Mateo apretó los brazos, con tanta fuerza que quería fusionarla en su sangre y huesos, para nunca más separarse de ella.

Pero tenían que separarse.

Ella no podía ir a casa con él.

Él podía no cuidar su propio cuerpo para venir a buscarla, pero ella no podía verlo hundirse.

—Mateo, ¡me voy! —dijo Valentina.

Valentina lo soltó, abrió la puerta del auto, se bajó y se fue.

—¡Vale! —gritó Mateo.

Mateo también se bajó del auto, la llamó.

Pero Valentina no se detuvo, se fue sin mirar atrás.

Mateo entrecerró sus ojos apuestos y se apoyó decaídamente contra el auto, sacó un cigarrillo y lo encendió.

En ese momento el secretario se acercó —Presidente, ¿a dónde vamos ahora?

Mateo dio una calada al cigarrillo y luego exhaló lentamente, no dijo nada.

...

Valentina ya había recibido una llamada de Sofía en el camino a casa.

Sofía la llamó con voz dulce y mimosa —Mami~

Valentina estaba muy agradecida con Katerina. Durante est
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