Nicolás y Daniela habían llegado a un final feliz, y Valentina no pudo evitar derramar lágrimas.
Su mejor amiga finalmente, finalmente se casaba con el hombre que más amaba.
Valentina aplaudió con fuerza, con los ojos empañados de lágrimas.
En ese momento una mano se extendió hacia ella, ofreciéndole un pañuelo.
Valentina miró hacia abajo y vio esos dedos limpios y elegantes envueltos en una camisa blanca, atractivos y refinados, con un reloj caro en la muñeca, sosteniendo el pañuelo para ella.
Valentina levantó la vista y vio a Mateo.
Mateo había estado parado a su lado todo el tiempo, y al verla llorar, le ofreció el pañuelo.
En realidad, Valentina y Mateo no se habían visto en varios días. Mateo había sido infectado con el hechizo del corazón compartido y no podía acercarse a ella, porque cada vez que se acercaba, Mateo sufría un dolor insoportable.
Precisamente por eso, Mateo y Luciana planeaban casarse.
La boda de estas dos personas había estado en preparación durante mucho tiempo