—Esto fue detectado por el médico, es completamente cierto. Daniela fue envenenada, y ese veneno provenía de la sopa de pollo que yo preparé con mis propias manos —explicó Susana.
—¿Qué? —Margot desplegó toda su habilidad actoral, mostrando una expresión de gran sorpresa—. Susana, ¿pusiste veneno en la sopa de pollo que preparaste para Daniela? ¿Por qué quisiste envenenar a Daniela?
—No fui yo quien envenenó a Daniela. No tenía ni idea de que la sopa tenía veneno —respondió Susana.
—¡Pero la sopa la preparaste tú con tus propias manos!
Susana miró a Margot. —La sopa la preparé yo con mis propias manos, ¡pero tú llegaste cuando yo estaba cocinando! ¡Tú también estabas ahí en ese momento!
El corazón de Margot dio un vuelco. ¿Acaso Susana sospechaba de ella?
En ese momento ella no había tocado directamente la sopa, y por eso tenía que agradecerle a Susana. Había querido tocar la sopa personalmente, pero Susana se lo había impedido, y eso se había convertido en una herramienta importante p