Danilo tenía sudor frío en la frente:
—Señora, mejor entro a avisar primero.
Daniela se adelantó:
—¡No es necesario!
Daniela empujó directamente la puerta de la oficina.
En ese momento Nicolás y Fidel estaban en la oficina. Nicolás levantó la cabeza y vio a Daniela que había llegado.
Fidel se sorprendió:
—¿Daniela? ¿Cómo es que viniste? Danilo, ¿cómo hacen su trabajo? Cuando llega alguien, ¿cómo no avisan?
Nicolás inmediatamente se puso de pie y fue a recibir a Daniela:
—Daniela, ¿cómo es que viniste?
Danilo se veía agredido:
—Yo...
Daniela intervino:
—No culpen a Danilo. Danilo trató de detenerme, pero yo entré por mi cuenta.
Nicolás preguntó:
—Daniela, ¿cómo es que viniste de repente? ¿No vas a ir a la escuela?
Daniela respondió:
—Hoy no quería ir a la escuela, ¡vine a la empresa a verte!
Mientras hablaba, Daniela miró a Nicolás con sus hermosos ojos claros, luego miró a Fidel y Danilo:
—¿Qué pasa? Por sus expresiones parece que no me dan la bienvenida. ¿Los estoy molestando?
Fidel c