Capítulo 956
Daniela se tranquilizó un poco: —Pasa.

La puerta se abrió y Nicolás entró.

La atmósfera era muy incómoda, muy delicada.

Aunque ninguno de los dos lo mencionara, nadie podía olvidar lo que acababa de pasar.

Nicolás entró al cuarto y se acercó a ella: —Perdón, hace un momento no toqué la puerta.

Daniela: —No importa, ¿necesitas algo?

Nicolás: —¿Olvidaste nuestro acuerdo de antes? Tengo que venir a ver al bebé todos los días.

Daniela no lo había olvidado. Pensaba que él se olvidaría, después de todo ahora tenía a Samantha a su lado.

Se había ido con Samantha, pensó que no vendría.

Daniela asintió: —Ah, entonces ve.

Daniela apartó las manos, exponiendo su vientre.

Nicolás lentamente se agachó frente a ella. Sus dedos largos y fuertes se posaron en su vientre.

Preguntó con voz profunda, magnética y grave: —¿El bebé se portó bien hoy?

Daniela asintió: —Muy bien.

—Entonces ¿por qué no tienes buen apetito? Dijeron que no comiste mucho.

Cuando regresó había preguntado a la empleada sobre su ali
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