Daniela sujetó a Nicolás del brazo.
—¿Estás bien?
—Esa pregunta debería hacerla yo. ¿Fidel no te ha dicho nada desagradable? No sabía que Fidel y Jessica te estaban haciendo la vida difícil. No te preocupes, en adelante no permitiré que nadie te trate mal.
Daniela sintió una calidez interior. Nicolás la trataba con tanto cariño, protección y amor.
—Fidel no ha dicho nada importante. Solo que no quiero veros pelear por mi culpa. Sé que Fidel te aprecia sinceramente. Habéis sido amigos durante muchos años.
Nicolás sonrió, tranquilizándola.
—No te preocupes, Fidel y yo no vamos a enemistarnos. Solo quería dejarle claro que eres mía y que nadie puede tocarte.
Daniela se sintió conmovida. De repente, recordó algo.
—Por cierto, Nicolás, Fidel ha dicho cosas muy extrañas hoy. No entendía de qué hablaba. Dijo que yo te había traicionado al estar con Mauro. ¿Cuándo yo...?
Antes de que Daniela pudiera terminar, Nicolás puso sus manos sobre sus hombros.
—No importa. No hagas caso a lo que dice Fi