La atmósfera era tensa.
En ese momento, las puertas del quirófano se abrieron y salió un médico con bata blanca.
—Doctor, ¿cómo está? —Preguntó Valentina, acercándose.
—La operación fue exitosa. El paciente despertará en las próximas 48 horas.
Ella respiró, aliviada. Aunque había visto que la puñalada no había alcanzado ningún órgano vital, hasta ahora no había podido tranquilizarse. Si algo grave le hubiera pasado a Luis por su culpa, jamás se lo habría perdonado.
Cuando trasladaron a Luis a una habitación, ella lo siguió sin dirigir una sola mirada a Mateo y Luciana.
—Mateo, esa mujer es una insolente. Nos golpeó, tienes que... —Comenzó Luciana, tirando de la manga de Mateo.
Él se soltó bruscamente. —¿Acaso no te merecías esa cachetada?
Luciana se paralizó.
—No me había dado cuenta de lo estúpida y malvada que eres. —Le espetó con ojos fríos, arrojándole la fotografía. —Esta vez me has decepcionado.
El color abandonó la cara de Luciana al ser llamada "estúpida y malvada". Aterrada, i