Mundo ficciónIniciar sesiónSolo dos años de paz y tranquilidad es lo que lograron obtener Lía y Alessio… la vida en su nuevo hogar era buena, pero como siempre la felicidad no les iba a durar mucho. Y menos cuando los enemigos de Alessio Biachi seguían con vida. Era el momento que el rey termina de una vez por todas con ellos, culminar con el trabajo que no concluido dos años atrás. Ahora se arrepentía de no haberlo hecho, ya que su esposa llevaba en su vientre a sus pequeños herederos. Más que nunca debía proteger a su familia y su linaje. Era imprescindible que exterminara a sus adversarios, empezando por ese cazador inmortal que les había estado siguiendo los pasos muy de cerca. Su esposa se empeñaba en no asesinarlo, pero dada la condición de la castaña el ya no compartía esa opinión. Aunque él estaba completamente seguro que, quien terminaría con la vida de ese cazador seria su propia mujer. Dado que la chica mantenía sus poderes ocultos, sospechaba que por proteger a sus hijos haría lo que fuera por ellos. No te pierdas este segundo libro. El Precio de la Inmortalidad (rebelión)
Leer másPor los pasillos de un alejado castillo una chica corría en una sola dirección… buscaba algo o mejor dicho a alguien. La noche habida caído hace muchas horas, y la persona que buscaba se le había perdido algunas horas. Guiada por su instinto, pero sobre todo por su aroma la castaña iba a justo hasta donde se encontraba Alessio.
Camino más a prisa, ya que su aroma se estaba alejando. Y su sed de hambre la estaba volviendo loca. Termino por usar su poder de velocidad para alcanzarlo. Cuando paso una enorme puerta de madera pesada, lo vio caminando por un largo corredor con aquel majestuoso cabello largo tan liso y brillante. Su traje negro lo hacía ver más sensual, aumentando las feromonas de la chica.
Ella sonrió al verlo, rápidamente corrió hacia el subiéndose a su espalda como una niña pequeña. Envolvió su cuello con los delicados y blanquecinos brazos, mientras que con sus piernas unió su cuerpo con el de su esposo.
— ¿Qué haces, preciosa? Pregunta el mirándola de reojo.
—Estoy hambrienta.
—¡Como siempre! Este sonríe.
La castaña hizo a un lado el cabello azabache de Alessio, la chica saco sus colmillos a relucir para luego encajarlos en el cuello de su amado. Se pegó a él, como si su vida dependiera de ello. Bebiendo toda la sangre necesaria hasta satisfacer su hambre. Cuando llego a esa etapa, separo los dientes de Alessio, dejando que el líquido carmesí corriera por su mentón.
—¿Has quedado conforme?
—En efecto. Contigo siempre quedo satisfecha.
—Me alegra, amore mío.
En un movimiento rápido, el vampiro traslado el cuerpo de su esposa hacia el frente. Quedando frente a frente. Para luego arrinconarla contra un gran ventanal de cristales azulados, este poseía un espacio perfecto para poder colocar el trasero de la castaña mientras que Alessio se acomodaba entre sus piernas.
—¿Sabes lo que me provocas cada vez que me muerdes? Le dice cerca sus labios.
—Conozco las consecuencias. Sonríe.
—Entonces, atente a ellas amore.
El italiano beso los labios ensangrentados de su mujer, probando su propia sangre mezclada con la esencia de su esposa. Eso acrecentó sus ganas de hacerla suya justo en ese instante. Con sus manos rasgo la blusa de Lía, seguido de eso rompió su brasier. Escuchándola gemir por el arrebato violento.
Alessio se llevó uno de los senos a la boca, mientras lo apretaba suavemente. El pezón de Lía se encontraba erecto, la lengua del italiano jugaba con el haciendo círculos húmedos. En cuanto se sacio de uno, finalizo chupándolo con fuerza. Hizo lo mismo con el otro seno, propinándole el mismo placer.
—¡Alessio! Jadeo con fuerza tomando el cabello de su esposo con fuerza.
—Si mi amor, lo sé. Responde este besando sus labios.
Los vaqueros de la castaña comenzaron a ser deslizados por sus piernas, rápidamente la chica bajo la cremallera de los pantalones de su esposo. Con sus delicados dedos saco su miembro, este hizo a un lado las bragas de ella. Con ayuda de la castaña condujo su sexo hasta la cavidad de su vagina.
Ella estaba ansiosa, siempre que hacia el amor con su esposo era tan placentero. Siempre que tenían la oportunidad devoraban sus cuerpos… cuando Lía sintió aquella penetración, inclino la cabeza hacia atrás.
Alessio se aferró a la cintura de su esposa para poder embestirla con más profundidad… la posición era algo incomoda, pero aun así no deja de ser buena. Entraba lentamente y salía rápido. Repetía una y otra vez aquellos movimientos, sabía que eso le gustaba a ella.
—¡Ah! Alessio, si… por favor sigue, no te detengas amor. Exigía la joven entre gimoteos.
El rey seguía dentro de ella, embistiéndola con potencia. Mientras que la luz azulada de la luna reflejaba atreves de los cristales, dándole un aspecto hermoso a su esposa. Con aquellos cabellos desordenados, y la palidez de su cuerpo. La visión era única, jamás se cansaría de hacerle el amor.
Poco a poco las paredes vaginales de la castaña se empezaban a contraer, significando que el orgasmo estaba por alcanzarla. Acelero las penetraciones en aquella cavidad estrecha, cuando de pronto ella jadeo con mucha fuerza. Clavando las afiladas uñas en la base de su cuello.
—Si. Si. Si. Amor, joder siiiii. Grito pegando más su cuerpo al de su esposo.
Eso solo le proporciono más placer al vampiro, lo que acelero la llegada de su propio orgasmo. Descargándose todo dentro de ella.
—Joder, amore… ¡esto sí que me encanta!
—Ni que lo digas. Responde la joven faltándole el aire. —Podría pasar la eternidad así contigo. Esta sonríe dejando la frente sobre su hombro.
—Ya vez lo que pasa cuando me muerdes. Yo solo me defiendo preciosa.
—¡Que gracioso eres! Ni te pareces a un rey.
Este sonríe con gracia. Alejándose un poco de su mujer, guarda su pene y acomoda sus pantalones. Se saca el saco para colocarlo sobre los hombros de su esposa. Ya que su ropa estaba hecha trizas.
—¡Debes ser más gentil! Le dice metiendo los brazos por la prenda de ropa.
—No puedo hacerlo. ¡Ya lo sabes!
Este la ayuda a ponerse en pie mientras la observa cubrir la desnudez de su cuerpo… Alessio tenía algo muy importante que decirle, solo que no sabía cómo abordar el tema.
—Amore… le dice con voz baja, a lo que ella levanto la mirada.
—¿Qué pasa? Pregunta con ingenuidad.
—Debo… debo viajar a Bérgamo.
La chica abre los ojos como platos, Alessio sabía que no le iba agradar esa idea. Llevaban dos años confinados en aquel castillo. No es que se aburrieran en él, ya que sus dominios eran amplios. Tenían mucho terreno que recorrer, explorar. Y en dos años aun no lo habían recorrido por completo. Fuera de eso, todo ese tiempo había sido muy tranquilo cargado de paz.
Y sobre todo y lo más importante de todo… cero guerras y muertes.
Proteger a Lía era su misión, Dante le había contado que los cazadores siempre estaban cerca. Merodeando por las calles. Claro aún no daban con sus negocios, por ende Matteo podía ir y venir sin problema de ser seguido.
Pero luego de dos años sin dar la cara en sus negocios, ya iba siendo hora de aparecer. Aunque sea tan solo una vez por mes. Pero no estaba seguro como iba a reaccionar su esposa con aquella decisión. Ya que le había prometido que no regresaría a Bérgamo.
—¿Pero a qué vas a ir para allá? ¿Piensas dejarme sola? La joven le reclama.
—Debo atender unos asuntos Lía, ya ha pasado mucho tiempo.
—Dante se ha estado encargando sin problema, ¿para qué tendrías que ir?
—Porque yo soy el jefe, y porque no pienso esconderme toda la vida amore.
—Nadie dice que nos estemos escondiendo Alessio, solo estamos viviendo.
—Nos escondemos en este castillo, y no pienso hacerlo más. Soy un rey, viajare a Bérgamo a retomar mis negocios.
—¿Y qué hay de el?
—Si me busca, me encontrara. Yo le tengo miedo amore. Este rosa la mejilla con sus nudillos. —Sabes bien que tarde o temprano lo matare. Le dice serio.
A Lía se le aguan los ojos al escuchar hablar a su esposo, ella sabía que eso era una posibilidad pero nunca la quiso aceptar. Ella no quería que Noah muriera.
Sebastiano cortaba leña esa mañana soleada… la mitad de su cuerpo se encontraba desnudo y cubierto por una capa de sudor. El ex cazador empuñaba el hacha contra los troncos sacando pedazos cuadrados del mismo. Desde la ventana Sara contemplaba a su esposo sintiéndose deseosa por su cuerpo tan formado y masculino. Nunca se cansaba de admirar su cuerpo. La chica creyó que le había tocado el mejor de los mortales. Sonrió al llevarse una mano a su vientre abultado, desde que se había casado con Sebastiano vivían tranquilamente en aquella casa del campo. Sus padres y hermano la visitaban con mucha frecuencia, hasta que una noche Alessio le dio una importante noticia. Una de la que ella no se había dado cuenta. Su padre le informo de su estado de embarazo… aun recordó a su madre como reía cuando lo supieron, le había dicho que hizo lo mismo con ella. Por alguna razón el vampiro lograba saber cuándo una mujer vampiro estaba embarazada. La familia se encontraba muy feliz por
—¿Hija? ¡Hija! La llama su madre sacándola de sus cavilaciones. —Me preguntaba si ya has pensado que vas hacer cuando… Lía mira a su esposo de reojo. —Bueno cuando Sebastiano envejezca. Sabes que tú eres inmortal, y él, bueno… es un humano que poco a poco ira muriendo. Debes tener en cuenta que si él no está a tu lado nosotros ya no podremos estar contigo, ni mucho menos tu hermano.—De eso quería hablarles, por eso deseaba que vinieran a verme. Su madre había llegado al punto en el que ella quería caer. Era primordial que Sebastiano siguiera a su lado, pero no porque anulara sus poderes malignos sino porque lo amaba y el estar sin él le partía el corazón.—¡¿Qué?! Pregunta su padre. —¿Qué es lo que deseas hacer?—Sebastiano y yo hemos d
Lucas volvía a su rutina de trabajo, encargándose de los negocios de la familia. Al menos los problemas familiares se habían resuelto. Aunque enterarse del reciente descubriendo que tenía una hermana gemela fue un gran impacto para él, lo estaba llevando bastante bien. Sin embargo, por dentro sentía un gran vacío al estar lejos de ella. Cuando recobro la memoria recordó vagamente a su padre teniendo a su hermana desmayada en los brazos, y sus últimas palabras fueron confía en mí.Para ese entonces solo era un chico no comprendía nada, pero ahora que era adulto lo entendía a la perfección. Sara y el no podían estar juntos, el ataque de su hermana aquella noche fue evidencia de que su corazón era negro. Y sus poderes enormes, solo quedaba comprobar si las palabras de la chica muerta eran ciertas. Él tenía que ir a ver a su hermana y cerciorarse de
Su cabello negro y bastante enmarañado se había secado hace muchas horas. La herida mortal del cuello de Sara cerró con mucho éxito, pero la chica seguía dormida. Por fortuna la sangre de su padre le aporto lo necesario para ayudarla a curar su herida y no morir desangrada. Sebastiano estuvo a punto de perderla, éste la contemplaba mientras descansada plácidamente. Aun le preocupaba el hecho de que no despertara, pero asumió que debía darle su tiempo para asimilar la sangre pura de Alessio en su sistema.Según el padre de la chica le dijo que le tomaría como un día en recuperarse. Pero que estaría bien, que era muy diferente nacer llevando su sangre que bebiéndola directamente. El cazador pensó que si no le hubiera dado de su sangre ella… negó, no volvería a pensar en una cosa como esa. Sonrió débilmente, sabía que Sara era f
Ella era un maldito vampiro… se dijo mentalmente el chico. Entonces, se había enamorado de un vampiro. Sebastiano no salía de su estupefacción, solo la miraba a ella. Por el agua que caía no sabía si el líquido que se deslizaba por sus ojos era de llanto o de la lluvia. Lo único que sabía en esos momentos era que ella estaba muriendo. Este soltó ambas catanas, dando un paso hacia esa mujer que le robo el corazón… cuando de la nada un dolor punzante se instala en su hombro.Todo había sido como a velocidad lenta, cuando miro el hombro noto la punta de una catana sobre salir de su cuerpo. Cayó arrodillado en el piso con una importante cantidad de sangre brotando de la herida. Maldijo para sus adentros, era el mismo lugar donde aquel vampiro lo lastimo seriamente hace años. El dolor era descomunal, ya que por muchos años que hubieran podido pasar le seguía
Cuando Alessio se acercó a ella a una distancia comprometedora su hija lo ataco con la catana sin mediar palabras. Éste la esquivo, lo que menos quería era lastimarla. Era su hija jamás le haría daño. Pero si estaba muy sorprendido, ella se movía con tanta elegancia. Se notaba que había entrenado mucho y ganado mucho poder. Eso no era bueno, alguien estaba detrás de todo aquello. ¿Pero quién? Se preguntó el vampiro.—Hija, han llenado tu mente de malos pensamientos. ¡Escúchame! Le dice intentando apaciguarla.—Cállate, deja de hablarmeeeeee… le grita a todo pulmón blandiendo la espada hacia él.—Sara, no… él es tu padre, detente. Grita Lía sin poder hacer nada.En eso a la escena en medio de la sala se les une Dante en compañía de Sabina… observando a Ales
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