Capitulo 2 Tan reina como yo

—Sabes bien lo que siento con respecto a eso, yo no quiero que el muera.

—Tampoco podemos dejarlo con vida, nos está cazando. Aunque hayan pasado dos años él y ese otro mortal siguen allá afuera buscándonos. ¿Crees que les voy a dar la oportunidad de encontrarnos?

—¡No! Pero tampoco quiero que tengamos que enfrentarlo y asesinarlo.

—Tus sentimientos hacia el son absurdos Lía. Le dice mirándola enfurruñado. —Si no lo harás tú, te juro que yo si clavare una maldita espada en su corazón.

—¡No hables así! Casi que le grita a su esposo con lágrimas en los ojos.

Este cierra los ojos, pica el puente de la nariz… no le gustaba verla llorar, y mucho menos por ese idiota del cazador. Era un puto dolor de cabeza, una piedra en su zapato. Una maldita garrapata.

—Amore, no llores. Sabes que odio que lo hagas. Intento abrazarla pero esta se negó.

—Estoy molesta, no me toques. Espeta molesta con los colmillos sobresaliendo.

Alessio runce el ceño. Todo era tan complicado con ella cuando se trataba de Noah. Era como su maldición. En eso el vampiro mira por el borde de su hombro amusgando los ojos.

—Dante ha llegado.

—¡Ha perfecto! Exclama en voz alta, para luego desaparecer de la vista del vampiro.

Alessio suspira. No había llegado a nada con ella, en el estado en que se encontraba no se podía conversar con ella. Se dio la vuelta para desaparecer. Quería saber las nuevas noticias que traía Dante.

Biachi se encontró con su amigo en la entrada de su casa, el chico al notar su presencia le sonríe.

—No espere verte aquí abajo, pensé que estarías en otras cosas.

—Cállate. ¿Qué noticias me traes?

—No muy buenas. Esta noche esos cazadores estuvieron asesinando a las ratas muy cerca de uno de tus antros. No sé si guarda alguna relación con ustedes, pero me parece que se están acercando mucho.

—Son una molestia. Niega el vampiro caminando hacia una ventana para admirar la belleza de luna.

—Puedes acabar con ambos con tan solo chasquear los dedos, ¿Qué estas esperando?

—¡No puedo hacerlo! No aun.

—Escucha, si descubren que soy tu mano derecha me cazaran, me seguirán y darán con ustedes. ¡Termínalos ya!

—Es por  Lía…

Dante parece comprender las restricciones de su amigo. Ella era su esposa, y sentía empatía por aquel cazador que los perseguía. 

—Entiendo… Alessio, es un inconveniente que tienes que resolver. Y te aconsejo que sea lo antes posible.

—Ese es el problema, ya lo he conversado con ella y tenemos bastantes conflictos por ese asunto.

—¡Lo lamento amigo!

Mientras que los amigos conversaban sobre Noah, Lía los escuchaba con atención muy cerca. La chica mordía su labio, no estaba segura de cuanto más podría persuadir a su esposo de no asesinar a Noah. Quizás él estaba destinado a morir, pero también había otra posibilidad. No existía posibilidad de que funcionara pero al menos lo intentaría.

Lo único que le faltaba era proponérselo a Alessio. Lo malo era que no hallaba el momento indicado, ni muchos menos como abordar ese tema. Ya que implicaría tener que estar cerca del cazador y precisamente eso era lo que estaba evitando su marido.

No confiaba en Noah, y para ser sincera ella tampoco confiaba en él. Ahora era un vampiro exclusivo, su esclavo. Pero aun así no era seguro que ella tuviera el poder para dominar a Noah. Pero ¿y si..?

—Lía… amore, sé que estas allí.

La chica hace un mohín con los labios al escuchar la voz de su esposo. Por más que se pasara desapercibida, Alessio era muy bueno para descubrirla. No le quedó más remedio que salir de su escondite. Siendo la atención de Dante y Alessio.

—¿Por qué siempre estas espiando amore?

—Sera porque nunca me cuentas nada del mundo exterior. Esta se cruza de brazos.

—No es necesario que sepas nada más, aquí tienes todo lo necesario.

—En eso te equivocas, no tengo una amiga. Tú tienes a Dante, ¿y yo que?

—Amor, sabes que no puedo traer a nadie aquí.

—Entonces tenemos más problemas.

Alessio detestaba cuando ella se portaba de una forma tan infantil… aún tenía mucho que aprender, para ser una verdadera reina de la oscuridad necesitaba ser más fría con todos. Por más que se lo inculcara por dos años, ella aún conservaba ese lado humano. Era molesto.

Tendría que verse obligado a expulsarlo por completo de ella… Lía no tenía idea de lo importante que era. Camino hacia ella muy serio, claro ella también le mantuvo la mirada. Eso era lo único que había adoptado a la perfección. Mantener una mirada fría.

—Basta con tantos problemas, deja de portarte como una niña porque no lo eres Lía.

—¡Yo los dejo! Menciona Dante desapareciendo.

—Me porto tal cual como soy.

—Eres una reina, pórtate como tal. Te he dicho miles de veces que debes separar de ti ese lado humano. No te favorece, te podría llevar a la muerte.

—Soy mitad humana, ¿acaso tengo que recordarte eso todos los días? Que solo soy un bicho raro, algo que nació por casualidad. No me comparo contigo, así que deberías entender que soy más humana que otra cosa. Soltó de la nada llena de rabia.

La chica lo desafiaba… lo que  motivo al vampiro  a gruñir mostrando sus afilados colmillos. Sus ojos se volvieron más brillantes y peligrosos, Lía al percatarse de lo que estaba pasando bajo la guardia. Mordió un poco sus labios, bajando la mirada al piso en forma de sumisión.

Alessio tenía poder sobre ella, era más fuerte y poderoso… y su tan sola imponencia la hacía hacerse un ovillo. Era inevitable no ser su sumisa, aunque ella también era una reina la diferencia de sus poderes era considerable. Además, él era el rey de reyes.

—No quiero que vuelvas a mencionar eso, yo sé lo que eres. Y no por eso eres menos que yo. Eres tan reina como  yo soy un rey. Le gruño. —Eres mi reina, y vales más de lo que piensas.

Dichas aquellas palabras el vampiro desapareció de la vista de la chica que había levantado la mirada para ver sus ojos pero este ya se había esfumado. El corazón de Lía latía con fuerza, Alessio siempre poseía las palabras adecuadas para hacer estremecer su alma.

Ahora se sentía peor que antes… su esposo estaba enojado con ella, ¿en qué momento se había invertidos los papeles? Para Alessio era muy sencillo exigirle que abandonara sus sentimientos humanos, pero realmente era muy difícil para ella. Era como si le estuvieran arrancando una costilla.

Sentía que ese lado humano ya era parte de ella, imposible de renunciar a ellos. La chica froto sus brazos intentando darse apoyo a sí misma. A veces se sentía tan sola en aquel castillo. Camino hacia la ventana notando la oscura noche, solo la luna alumbraba los caminos. A lo lejos visualizo el lago, y en la orilla de este lo vio…

La figura de Alessio era inconfundible… parecía tan imponente y majestuoso, la brisa ondeaba su cabello en una dirección.  A ninguno de los dos le gustaba discutir, y últimamente habían tenido muchas de esas. Ambos estaban muy irritados lo que la llevo a preguntarse ¿Por qué? Seria culpa del matrimonio, ¿siempre pasaban esas cosas en la vida de casados?  La verdad es que se sentía confundida, no quería discutir pero es que se cabreaba tanto que le era difícil controlarle.

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