1: 30 pm.
— ¿Contactarás con ella? — Preguntó Edik para después llevar a su boca la pequeña taza con café.
— ¿Por qué lo haría?
Decía Luka sentado trás el escritorio.
— No sé, creo que debes tener algo en mente a parte de hacerme enviar a alguien a vigilar todos sus movimientos.
— Si me presento ahora, más adelante podría sospechar de mí, además… Chelsea no es nada despistada.
— Mmm… — Edik veía preocupado a su amigo, quien se había puesto de pie y se servía un poco de agua. — Luka, ¿La amas de verdad? Hablo de Chelsea.
— ¿Ah? ¡¿Te volviste loco?! — Decía Luka mientras caminaba por la oficina hasta una larga ventana sosteniendo en su mano el vaso con agua. — ¿Por qué me haces una pregunta tan absurda? Si tienes tanto tiempo libre para pensar estupideces debería ponerte otro trabajo más.
— ¡Oye! Claro que no hermano, solo me estoy preocupando… No tiene relació