Capitulo 04

"Estoy segura que Leonard no me ama, simplemente odia perder, ¿Por qué no estuvo durante los ocho meses después de la muerte de Johan? Me da mucho que pensar, como que solo por la muerte de mi padre creyó que podría ganar está vez a como de lugar" 

El pensamiento de Samantha la hacía darse cuenta que no saldría tan fácilmente de las garras de ese hombre. 

¿Quería ser libre? 

¡Por supuesto que quería! 

¿La manera más confiable y menos riesgosa? 

La mentira, los engaños, jugar a ser la "niña hermosa" que ese hombre quería. 

"Seré el mejor objeto que pueda adornar su vida, me convertiré en el trofeo que quiere ¿Eso necesita él para estar en paz? ¡Lo tendrá! ¡Yo haré que ese hombre bajé su guardia y voy a volverlo loco por mi" 

Samantha Thompson no entendía como su hermano desapareció, ni como todas las posesiones de la familia terminaron legalmente en las manos del señor Campbell; pero de una cosa estaba completamente segura, su padre Óliver si la amó demasiado y su hermano también la veía como un tesoro.

Ella estaba convencida de que algo más debió ocurrir y había un tercer involucrado. 

Por el momento, si quería tener la confianza de ese hombre para salir de la mansión Campbell, la mejor alternativa era fingir sumisión y aceptar "felizmente" ser su mujer, así podría ir teniendo más libertad la suficiente para recurrir a alguna amistad importante en ayuda, algunas de las muchas que tenía la familia Thompson o incluso ella misma. 

*****

— Está bien, voy a casarme contigo. — Respondía la hermosa mujer de ojos verdes oscuros finalmente logrando controlar el temblor de su cuerpo y secando sus lágrimas.

— ¿En serio? ¿Por qué ese repentino cambio? ¿A caso pretendes engañarme cariño? — Aunque Leonard Campbell decía aquellas palabras con un tono serio e incrédulo en su voz, suavemente iba soltando a la señorita Samantha de entre sus brazos. 

— ¿Que gano mintiendo? Tienes razón, no sobreviviría ahí afuera sin tu ayuda, ya no tengo nada, ya no poseo nada, soy una simple indigente, tu mismo lo estás diciendo, allá afuera solo iría a experimentar sufrimiento, soledad, incluso burlas y hasta podría pasar a sufrir algún tipo de violencia. ¿Aquí estoy segura no es así? Cómo tú dices, jamás has golpeado a una mujer y no creo que vayas a empezar conmigo ¿Me harías daño en el futuro?

La expresión de fragilidad y decaimiento en Samantha causaron que el señor Leonard la viera sorprendido para rápidamente apartar su vista de ella.

— No, nunca sería capaz de lastimarte. — Respondió en un leve susurro. 

La señorita Thompson quien seguía estando sentada al lado de ese hombre de hermosos ojos azules, se acomodó más para quedar frente a frente con él, ella levantó su rostro acercándolo al del señor Campbell, besando suavemente sus labios para inmediatamente después alejarse de él, una amplia sonrisa pintó el lloroso rostro de la joven. 

Leonard Campbell la veía seriamente sin tener palabras algunas para tal acto sorpresivo; Samantha jamás había sido buena con el, era una "niña terca" que se negaba a ser su mujer, prefería a un enfermero cualquiera que conoció en la universidad preparándose para comenzar a estudiar medicina más seriamente, que a un CEO apuesto y multimillonario en la industria hotelera del estado que haría "perfecta pareja" con ella. 

¿Quién entendería a Samantha Thompson? 

Por qué para Leonard, eso era imposible. 

*****

Esa misma noche durante la cena, Samantha y Leonard comían en total silencio hasta que él comenzó a hablar.

— Habrá una fiesta de primavera organizada por la familia Ivanov será en su hotel cinco estrellas de Miami el evento durará tres días y dos noches, como cabeza de los Campbell soy uno de los invitados de honores al ser tan buen amigo de ellos tanto de negocios como personales.

— ¿Ivanov? ¿Son extranjeros no? No sabía que los Campbell tenían relaciones de negocios internacionales.

— Bueno, al comienzo era más una vieja amistad entre nuestros abuelos. — Leonard sonreía mientras sostenía en su mano su copa y meneaba lentamente el líquido rojizo en el interior de la misma. 

El apuesto hombre de ojos azules veía fijamente a la mujer que comía al otro extremo de la elegante mesa como queriendo decirle algo más, pero sin ponerlo en palabras. 

"Tiene que llevarme… Si es un evento tan importante habrán muchas personas de la alta sociedad lo que indica que podría ver a algún conocido o amistad de los Thompson y buscar ayuda" 

Samantha se sentía desesperada en ese instante, tenía que estar atenta a cualquier movimiento y tomar con todas sus fuerzas la oportunidad sin dejarla escapar.  

"Si ella está interesada en mi tanto como para aceptar ser mi esposa, ella misma pedirá acompañarme y no dejarme ir solo" 

Por otro lado, los pensamientos del señor Campbell le hacían tener la constante necesidad de querer probar a esa mujer que solo hace unas horas atrás, le dijo que sí se casaría con el.  

Samantha partía un trozo de la jugosa carne termino medio llevándolo a su pequeña boca, comía tranquilamente mientras veía a ese hombre que no dejaba de tener la expresión de querer que ella diga algo más al respecto. 

Sin duda la señorita Thompson quería ir a ese viaje de tres días y tener una oportunidad de encontrar ayuda y escapar del CEO Campbell, pero su orgullo tampoco la hacían capaz de querer rogarle a Leonard. 

Nunca le había rogado a un hombre y se negaba rotundamente a comenzar con un ser tan posesivo, engreído, burlista y manipulador como lo era el. 

— ¿No tienes nada más que decirme al respecto cariño? — Finalmente Leonard habló con su típica sonrisa falsa que intentaba hacer parecer cariñosa ante la bella mujer Thompson.

— No, en realidad no, ¿Por qué?

— Ahora soy tu prometido y pensaba que no había nada mejor que dar a conocer nuestra relación en dicho evento. 

Samantha tomaba un poco de agua mientras veía a ese hombre sin responder nada ante su comentario, lo que estaba causando que el comience a sentir una pequeña molestía.

— ¿No es buen momento para hacer publica nuestra relación? — Preguntó nuevamente Leonard. 

— Ya lo hiciste al permitir una nota de ese periódico está mañana y tomarme por sorpresa con ella. — Respondió Samantha con frialdad. 

La sonrisa de Leonard se borró por completo ante el duro comentario de esa elegante joven con gran carácter.

— Tienes razón, entonces está decidido mi niña hermosa, iremos juntos, será este viernes, así que mañana jueves saldremos. 

Dicho eso el señor Campbell se levantó de su asiento y se marchó dejando a Samantha terminar de cenar sola, ella sonrió sintiéndose victoriosa al no humillarse como el probablemente lo esperaba.

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