Capítulo 116
Isadora salió todos los días de la semana. Salía temprano, volvía tarde, y cada salida tenía un propósito: resolver asuntos pendientes, firmar documentos, adelantar trámites. El divorcio exigía más de ella de lo que había imaginado, no solo emocionalmente, sino en tiempo y energía.
El dinero venía de la misma cuenta que Alexander abastecía desde el inicio del matrimonio, como siempre lo hizo. Ahora, ese recurso era también una especie de escudo, garantizando que ella pudiera tomar decisiones sin pedir permiso.
Era viernes. El día que, inevitablemente, llegaría.
Durante la semana, había logrado escapar de sus suegros, inventando excusas o ajustando horarios para no cruzarse con ellos en la casa. Pero Alexander… de él no había cómo huir para siempre. Ya no tenía sentido prolongar la incertidumbre.
La conversación debía ocurrir.
Y,esta vez, ella lo diría todo.
Isadora salía del cuarto cuando se encontró de frente con doña Aurora en el pasillo.
—¿Algún problema con este cuart