Mundo ficciónIniciar sesiónLos chicos que me atendieron en el mostrador me vieron raro despues que ordené el combo familiar de comida rapida.
Y mas raro me miró la gente cuando deposité sobre la mesa de plástico dos charolas llenas de comida para mi solito. Y se que me están viendo fijamente y cuchichean cosas de mi mientras como pero me importa un carajo porque esta es la comida más deliciosa que jamas he tenido en toda mi puta vida! Muerdo una hamburguesa, luego tomo un puñado de papas fritas y las meto a mi boca, despues doy un gran sorbo de refresco, mastico toda la explosión de sabores combinados que son un placer para mi! Y aunque quisiera acabarme toda la comida yo solo sin darle a nadie, mi estomago no me permite ingerir más alimentos. Bebo por completo dos de los vasos grandes de refresco, envuelvo las hamburguesas junto con las papas fritas y las meto en la bolsa delantera de mi mochila. Sacudo mis manos, tomo la charola con la basura y migajas de mi comida y me levanto para vaciar el contenido dentro del bote de basura. Dejo la charola sucia en el lugar indicado y tomo uno de los dos vasos de refresco para llevármelo, el otro vaso lo dejo ahí por si alguien quiere beberlo, está limpio y lleno. Miro la hora, casi las seis de la tarde y el saldo de mi cuenta aún es alto por lo que tomo la manija de la maleta para rodarla mientras me coloco la mochila al hombro y apuro mi paso hacia la joyería. -Puedo ayudarlo señor?- Esta vez el tono de voz del hombre de traje que se acerca para atenderme es condescendiente y amable, le pido que me muestre diversos costosos relojes además de pulseras, cadenas y anillos de oro porque voy a comprarlas. El vendedor se sorprende por mi peticion pero la cumple, observo que discretamente dos guardias de seguridad se acercan mientras colocan sus manos sobre la empuñadura de sus armas guardadas dentro de sus oscuras fundas. -Que modelos han sido de su agrado señor?- Inquiere el hombre de forma nerviosa y servil mientras me pruebo una a una las joyas que me muestra pero no me gusta mucho como se me ve el color dorado en mi piel por lo que dejando de lado todas las joyas que me mostró miro las demás joyas exhibidas dentro de las grandes vitrinas de cristal iluminadas. -Eso es oro?- Cuestiono señalando una pulsera de grueso tejido que es de color plateado, el vendedor quien me sigue como si fuera mi sombra asiente antes de responderme. -Por supuesto que si señor, es oro blanco, quiere probarse la pulsera?- Tras responder que si el hombre toma su llave, abre la puerta de la vitrina, extrae con mucho cuidado la joya y me la muestra sobre una oscura superficie aterciopelada que la hace brillar todavía más. Miro el precio, no hay mucha diferencia de precio entre este oro con el oro amarillo de veinticuatro quilates pero me gusta mucho más, me parece más limpio y brillante. -Muestreme todas las joyas que tenga de oro blanco por favor- Ordeno, pronto sobre la vitrina están exhibidas todas las joyas, incluidos aretes de oro blanco. Elijo solo los modelos que más me gustan y pido que me las pongan dentro de un bolsa, el vendedor lo hace pero creo que está seguro que no podré pagar todo lo que quiero comprar. Y ese hombre junto con la cajera, el gerente de la sucursal, dos vendedoras más y los guardias de seguridad se quedaron asombrados cuando mi tarjeta cubrió el elevado costo de mi compra. -Señor fue un verdadero placer atenderle- Se despiden con un fuerte e hipócrita apretón de mano el vendedor y el gerente despues que metiera dentro de la mochila la pesada bolsa con las joyas y relojes dentro de sus estuches. -Lo se- Me atrevo a responder, el ruido de las rueditas de la maleta es lo único que se escucha cuando salgo del iluminado y elegante lugar, fuera miro mi nuevo celular, aún tengo bastante dinero que gastar. -Eres feliz princesa?- La maliciosa y burlona voz resuena en mi cabeza, ese demonio le gusta burlarse de mi cada que puede. -Aunque no lo creas asi es, quiero seguir comprando y gastando todo mi dinero- Le respondo en mi mente mientras camino hacia la tienda departamental de lujo, dentro de mi mente las grotescas risotadas del ente malévolo siguen resonando. "Bienvenido señor, está buscando algo en especifico este día?" Me cuestiona la linda y sonriente señorita ataviada con el uniforme elegante de la tienda en cuanto me ve entrar por la puerta. -Si, quiero sábanas, una colchón nuevo...- Entonces me doy cuenta de que no solo necesito una mochila y maleta para meter todo lo que quiero comprar sin cargarlo, tambien necesito un lugar por esta noche para llevar todas mis compras. -Si compro ciertas cosas grandes, podrían guardarlas por mi hasta que regrese por ellas?- Cuestiono a la chica porque a casa de mis padres no quiero llevar las cosas, no se me habia ocurrido como explicarles de donde saque tantas cosas de repente o como obtuve el dinero para comprarlas sin que ellos piensen o crean que las robé. De hecho no habia pensado en nada mas que en gastar mi dinero por completo antes de las doce de la noche porque no quería que mis padres o hermano murieran. Bueno aun no quiero que se mueran, todavía quiero humillarlos un par de veces antes de pensar en que el demonio se lleve su alma para torturarla por la eternidad. "Creo que no comprendo señor." Contesta la chica, me siento sobre la silla de un comedor para pensar un minuto. Necesito un lugar donde guardar mis compras pues no volveré a dormir en esa sucia cama hundida que me lastima por los resortes salidos. Mucho menos voy a dormir de nuevo en esa sábanas rotas, sin color y casi transparentes. Y ni que decir de la almohada que mas bien parece otra sabana café de lo plana y desgastada que está. "Puede comprar a crédito todo lo que guste y cuando termine de liquidar se le envían sus artículos a su domicilio." "Por lo general tardan uno o dos dias en ser enviadas sus compras si se trata de artículos muy grandes." Comenta la chica, me quedo pensando que hacer porque obviamente no compraré a credito sino de contado. -Por ejemplo, si compro de contado un colchón y un sillón reclinable hoy, podrían guardarmelo en bodega hasta que mañana venga por ellos?- La señorita piensa un momento antes de responder. "Piensa comprar muchas cosas de contado?" Contesto que si pues no es todo lo que quiero comprar. "Si, supongo que si podríamos guardarlo en las bodegas hasta que usted viniera a recoger sus articulos pagados." Satisfecho con la respuesta de la chica le pido que me acompañe. -Quiero este comedor, este sofá, este sillón reclinable, esta vajilla, este juego de cubiertos, no mejor dos juegos de cubiertos, tambien quiero este colchon king size...- Y entonces, como balde de agua fría me doy cuenta que puedo comprarme la más grande e impresionante pantalla plana y todos las consolas de videojuegos que he visto solo en videos de Youtube de gamers! Me siento como un maldito chiquillo en una tienda de dulces con mucho dinero para comprar todo lo que siempre soñó! Ahora no solo me atiende la chica sino dos chicas más quienes toman nota de lo que quiero, cuando por fin termino me siento sobre un sillón un momento antes de dirigirme a la caja, miro la hora en mi celular, son casi las nueve de la noche... Que rápido pasa el tiempo cuando estás comprando! "Este es su gran total señor." Me muestra el monto en la pantalla la primera chica que se acercó a atenderme, es bastante alto pero tras consultar con la sobrenatural app del banco me doy cuenta que puedo pagar por todo y aun me quedan como diez mil para gastar. La pantallita de la terminal se mantiene en procesando un par de angustiosos segundos antes de emitir el característico sonido de compra aprobada. "Este es su gran ticket señor, no lo pierda por favor porque así podrá llevarse mañana sus articulos." Me comenta preocupada la chica, arrugo el largo papel antes de meterlo en la pequeña bolsa de la mochila sin cuidado alguno y entonces me acuerdo, no he comprado ni sábanas nuevas ni almohada! Regreso rápidamente con la chica al departamento de blancos, elijo lo que me hizo falta y me dirijo a pagar a la caja. "Lo espero mañana señor." Me comenta la chica que me sonrie felizmente, a primera hora de la mañana volvere. -Por supuesto que volveré, primor- Me atrevo a coquetearle, ella se rie y discretamente me entrega su tarjeta con su numero personal. Carajo! Mañana mismo llevaré a esa bella chica un hotel cinco estrellas para hacerla mía. ***By Liliana Situ***






