-Señor Finnick – dice la mujer en cuanto lo ve entrar -. Es un placer tenerlo aquí, ¿le ofrezco un café?
-No, gracias – se gira a Luz -. ¿Tú quieres uno?
-No, gracias.
-Tome asiento, señor Finnick – pero Gerard le cede el asiento a Luz, porque la otra silla la ha ocupado la profesora de su hija -.
-Señora Cunnings, en realidad quién necesita hablar con ustedes es Luz Méndez, la nueva tutora de mi hija – Gerard se abstiene de usar el título de niñera, porque hasta el de tutora le queda pequeño -.
-Oh – por primera vez la directora repara en la chica y su gesto es como si oliera mal, algo a lo que Luz está acostumbrada, porque en los eventos la gente solía verla así -. La escucho.
-Tengo ciertos reparos en la manera que tratan a Charlize en este establecimiento.
-Me disculpará, señor