Alicia:
Cuando al fin me dormí, lo hice de una manera tan profunda que no me desperté hasta pasada la media mañana. Me pesaban los ojos y no quería abrirlos. Extendí mis brazos para desperezarme y escuché la voz ronca de Luka
‒ Buenos días, bella durmiente
Me senté en la cama de golpe, él salía del baño, secándose el cabello con una toalla y vestido sólo de la cadera para abajo con un jean. Lo miré de pies a cabeza, era un espectáculo.
‒ Buenos días, Luka
‒ ¡Ah, disculpa!, ya me cubro
Y corrió a coger una camisa
– Descuida, ya te dije que no me incomodaba
‒ Pero te desconcentraba
‒ Cierto, pero eso era anoche que tenía que trabajar, ahora no estoy haciendo nada – cuando me oí, me di cuenta que se había escuchado como una invitación y al ver el brillo en sus ojos, lo comprobé – de todas formas nunca está demás andar vestido – y me volví a tirar en la cama cubriendo mi cabeza con la sábana
Pasaron unos largos minutos, creí que iba a decir algo al menos, pero en lugar de eso guardo silen