Luka:
Renzo irrumpió en el despacho, su cara estaba desencajada, parecía que lo venía corriendo el mismo diablo
‒ Luka… – dijo al entrar con la voz agitada y entrecortada
‒ ¡Por Dios, Renzo! ¿Qué es lo que sucede?
‒ Me enteré que los Yacuza vienen a hospedarse en el hotel y quería decírtelo inmediatamente
Respiré hondo y sonreí
‒ ¡Ah, eso!
‒ ¿Te parece poco? – dijo mirándome desconcertado
‒ No, no es eso, solo que ya lo sabía
‒ ¿Ya lo sabías y no me dijiste nada? – creo que se había enojado
‒ Renzo, creí haber sido lo suficientemente claro cuando te pedí que te olvidaras de los Yacuza y te dedicaras en pleno a proteger a mi esposa
‒ Sí, lo fuiste y estoy abocado a esa tarea, pero eso implica saber todos los movimientos de aquellos que le quieren hacer daño – mi amigo tenía un punto allí
‒ Tienes toda la razón, perdona
‒ De todas formas, Luka, asigna a alguien más para custodiarla, aquí está lleno de guardias, nadie vendrá. No me dejes fuera, necesito ponerle las manos encima a esos ma