Alicia:
Luka se había marchado pese a haberle rogado que se quedara, hasta lo traté de sobornar con se*xo, pero no me dio resultado.
No tuve noticias suyas las siguientes 48 horas. Lo llamé varias veces, pero siempre me envió al buzón de voz. Renzo y David tampoco me respondieron. Renzo leyó mis mensajes de Whats*App, pues acusaba visto, aun así no respondió ninguno.
Sabía yo muy bien lo que estaba haciendo, o al menos me lo imaginaba. Mi intención era que Luka no retomara la oscuridad que tenía antes de casarse conmigo, era obvio que había fracasado, solo esperaba que regresara a mí lo antes posible.
Ya era bien entrada la tarde, con la Nana estábamos terminando de darle de cenar a los ni*ños, cuando recibí la tan esperada llamada.
– Luka, mi amor, ¡por Dios!, dime que te encuentras bien
– Alicia, soy Renzo, Luka me pidió que te llamara desde su móvil para que no te asustaras.
– Pero, ¿él está bien?
– Si, lo está
– Ponlo al teléfono
– Ahora no puede, escucha, me pidió… – pero no le d