La boda Religiosa
POV Flor
La iglesia del pueblo estaba resplandeciente, decorada con tanta delicadeza que cada rincón parecía impregnado de nuestra historia, de cada uno de esos momentos que nos habían traído hasta aquí. Al entrar, sentí una paz increíble, una mezcla de emociones que me llenaba el pecho: alegría, gratitud y una serenidad profunda, como si alguien allá arriba aprobara lo que estaba a punto de hacer.
Con el brazo de mi papá entrelazado con el mío, avancé por el pasillo mientras la voz de los niños de la escuela resonaba en el ambiente con el Ave María. Nos habían regalado esa sorpresa, un coro lleno de entusiasmo y ternura. Escuchar sus voces, claras y llenas de amor, me emocionó tanto que las lágrimas amenazaban con escapar, pero respiré hondo y traté de mantener la compostura.
La melodía envolvía la iglesia, y mis ojos buscaron a Gabriel, que me esperaba al final del camino frente al altar. Su mirada lo decía todo. En ella brillaba una emoción intensa, como si cad