Dos años atrás
Dante
Demetrio, que lo dice, y sentí remordimiento por no haberlo pensado antes. Crucé la mirada con Enrique y Vic. Esto sin duda era más complicado de lo que parecía. ¿Quién nos quería drogar? Di media vuelta para correr a la habitación de Liam o de Inés. Al subir las escaleras, mi hermano me siguió, al igual que Victoria.
—¿Qué puta mierda está pasando, Dante?
—No lo sé, ahora busquemos a Liam.
Victoria no nos miraba a los ojos y si yo me acosté con Day… ¡Mierda! Tantas emociones en la cabeza. Y en otra situación tal vez me habría enojado, pero nadie fue culpable de nada.
—Victoria. —Nuestra hermana bajó la mirada ante el llamado de Enrique.
—Lo mismo que les pasó a ustedes me pasó a mí y nadie es culpable. —alzó la vista.
—¡¿Con Vargas?! —pregunté. Llegamos al final de las escaleras.
—Él debe… —Enrique se detuvo ante el dedo alzado de ella.
—Victoria, debemos hablar…
—Ni se les ocurra decir una estupidez como la que piensan decir. ¿Acaso tú te vas a casar con Dayana