Mientras miraba a Josephine, vi cómo Rob estiraba la mano para acomodarle el cabello detrás de la oreja, según él para quitarle algo que ni siquiera estaba ahí. Hablar era una cosa, pero tocarla era otra.
Ella sonrió y le dio las gracias, pero para mí fue la gota que derramó el vaso. Ya no podía seguir haciéndome el loco.
Me levanté del tapete de picnic y fui camine lo más rápido que pude hacia donde estaba Josephine.
"¿Podemos hablar un momento?" le dije, y me lanzó una mirada de '¿con qué vas a salir ahora?'. Pero hablar frente a todos no era opción.
"A solas." le dije firme, sin esperar a que me contestara tomé su mano con cuidado para alejarla de ahí. Se notaba que estaba sorprendida por lo que había hecho, pero no se resistió. En ese momento no me importaba quien nos viera, Rob ya había pasado el límite, y yo necesitaba alejarla de él.
Ya cuando estábamos lejos, Josephine se detuvo y me miró confundida.
"¿Por qué hiciste todo eso?" preguntó, un poco brava.
"Él estaba tocándote el