~Liam~Me metí entre los árboles, aullando con el alma hecha pedazos, rogándole a la luna un poco de paz, esperando alguna señal... algo que me guiara hacia Sophia, aunque en el fondo sabía que no iba a encontrar nada.¿Cómo se puede sentir alegría, emoción y desesperanza, todo al mismo tiempo?No paraba de reprocharme, por pensar que siempre iba a haber una oportunidad, que ella siempre iba a estar ahí, lista para cuando yo me decidiera.Pero, su papá se la llevó de mi vida sin pensarlo dos veces, con razones egoístas que solo él entendía.Me detuve, y mi lobo, Alex, se dejó caer junto a un árbol, como si estuviéramos de luto. Y la verdad… sí, yo también sentía que tal vez ya no la volvería a ver en mi vida."Tal vez te llame…" pensó Alex, y con eso, una chispa de esperanza se encendió en mi pecho.Por más mínima que fuera esa posibilidad, yo daría lo que fuera por haberla visto esa noche, haberle dicho todo lo que sentía.¿Y si cuando ella intente buscarme ya sea demasiado tarde?"Pod
"¿Y los demás dónde están?" Pregunté."Se fueron con Harper y Eleanor a buscarte." dijo Charlotte y se me acercó un poco. Puso el dorso de su mano en mi frente, como si pensara que estaba enfermo o algo así."¿Qué te pasó, Li? ¿Por qué vienes tan emputado?" preguntó.Con ella sí podía dejar salir mi enojo, porque era Alfa como yo, y algunos hasta decían que las trillizas eran más fuertes que yo, ya que Dominic y su mamá biológica eran Alfas.Me hice para atrás y senté en la primera silla que vi."Estoy molesto porque ese hijueputa de Mike le dijo al papá de Sophia que yo no fui a su casa. Me metí por el techo, hablé con él, hasta que mi lobo tomó el control porque tenía mucha rabia, y luego terminé corriendo por el bosque." Le conté a mi prima. Charlotte se quedó sorprendida, y vi cómo su sorpresa se transformaba en rabia."Ese desgraciado!!! ¿por qué nos mintió? ¿Qué pasaría?" preguntó, sin ocultar su enojo."Fui a buscar a Sophia y me enteré de que no estaba. Estaba intentando entende
"¿Qué estás diciendo? ¿Dónde están? Si están en peligro, ¡yo puedo ayudarlas!" le dije, y escuché cómo se le quebraba la voz. Estaba llorando."No puedes ayudarnos Liam. No creo que la familia real quiera enredarse en este desastre. Lo siento, alteza, pero a donde vamos, ni tu papá va a poder encontrarnos. Y este número... ya lo bloqueé. Lo mejor es que sigas con tu vida y te olvides de mi hija." dijo su mamá, y de fondo escuché a Sophia."No, mamá, ¡¡¡no!!! Por favor, al menos déjame despedirme. ¡¡¡Por favor, te lo suplico!!!" Estaba llorando, y su madre le dijo que no."Lo siento, Li. Yo..." alcanzó a decir, pero la llamada se cortó antes de que pudiera terminar.Me lo quité de la oreja y me quedé viendo la pantalla, en silencio, mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas.Volví a marcar y puse el altavoz, rezando porque contestara, pero ya no entraba la llamada. Lo intenté una y otra vez hasta que Charlotte me quitó el teléfono con cuidado.No dijo nada. Solo se acercó y me abraz
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas
~ Tamia ~Pasó otro mes en el que las cosas empeoraron entre Leo y yo; ya no pasaba tiempo conmigo y sutilmente se había mudado de nuestro dormitorio. Se veía venir, pero aun así me molestaba. Además, llevaba a Amanda a las funciones a las que lo invitaban y me dejaba a cargo de la manada. Ya estaba trabajando en mi salida, así que me decía a mí misma que solo tomaría un poco más de tiempo. A menudo miraba donde descansaba su marca en mi cuello y quería quitármela. Odiaba verla, tanto que siempre la cubría, al menos mis lágrimas ya se habían secado. Algunas Lunas simpatizaban conmigo y otras felicitaron a Amanda, aunque ella no había sido nombrada Luna aún y yo sabía por qué; Amanda era doctora y no estaba entrenada para la batalla. Nombrarla Luna significaría que tendría que asumir todas mis responsabilidades, incluyendo liderar batallas y supongo que su vida era demasiado importante para eso. Mientras tanto yo planeaba sorprender pronto a Leo.Poco después, estaba sentada en mi o