~Amelia~
Cuando desperté, Leo no estaba a mi lado. Alguien tocaba la puerta. No sabía quién era, pero no era un buen momento tampoco.
Yo deseaba dormir un poco más, pero parecía que no me iban a dejar. Miré el reloj. Eran ya casi las ocho.
"Amelia, Amelia..." escuché la voz de Alexei, y me pregunté por qué estaba tocando mi puerta. Extrañaba mucho nuestra casita de Mountain. No veía la hora de que todo esto terminara. No había privacidad en este castillo. Gruñí y me sentí un poco irritada.
"Ya voy!!" logré decir, y los golpes se detuvieron.
Me levanté de la cama y fui a la puerta. La abrí y me alejé para ir a cepillarme los dientes. Lo que Alexei tuviera que decirme podía esperar. No me gustaba tener mal aliento en la mañana.
"Amelia." dijo, y levanté la mano, señalándole que esperara mientras caminaba hacia el baño.
No tardé ni cinco minutos en cepillarme los dientes y enjuagarme la boca. Salí del baño, y él todavía estaba parado en la puerta. No me había tardado mucho,