“¡¡¡Ahhh!!!” Gritó de placer y aumenté el ritmo.
¿Pero cómo demonios terminamos en eso? Esperaba que aguantáramos hasta después de la fiesta.
Agarré sus caderas y puse sus nalgas hacia mí, haciéndola llegar casi al clímax metiéndosela hasta el fondo
“Ahhh, Sylvester, sí... más.” Gemía, gruñí y aumenté el ritmo de la penetración.
“Por favor.” Rogó.
En ese momento, supe que ambos estábamos hablando sin sentido por la intensidad de placer y la satisfacción que estábamos sintiendo. Le levanté el cuerpo hasta que su espalda estuvo contra mi pecho y seguí follándola.
Tomé uno de sus suaves senos con una de mis manos, rozando su pezón con mi pulgar. Luego, froté su suave y ya jugoso clítoris con la otra mano.
Knight aullaba en mi cabeza y la habitación giraba a mi alrededor, de hecho, no podía ver con claridad, solo podía sentir el intenso placer de lo que estábamos haciendo.
“Más, dame más.” Gimió y respondí gruñendo.
Hasta que sentí cómo las paredes de su vagina se apretaron alrededor de m