~ Sylvester ~
El viaje a Lucland se sintió realmente eterno, lleno de preocupaciones y ansiedad. Cada uno de nosotros ocultaba sus emociones, pero en el fondo, nuestros corazones estaban rotos.
Antes de abordar el vuelo, intenté llamar al número de Tamia una y otra vez, también al número de la oficina, esperando a que ella contestara, me sentía desesperado al no saber que había pasado en la hacienda. El solo pensar en que algo hubiera salido mal, era insoportable.
Miré a mi alrededor y vi a Leo, Marcel, Devin y David, con la mirada perdida, era obvio que todos estábamos preocupados porque no sabíamos nada de ellas.
Alexei y Clay también parecían nerviosos. Nuestras preocupaciones giraban en torno a la seguridad de nuestras compañeras y no podernos comunicar con ellas era frustrante. Afortunadamente, un helicóptero nos esperaba en el aeropuerto de Lucland, listo para llevarnos hacia la hacienda, ya que era la forma más rápida de llegar a casa.
Por otro lado, me sentía agradecido de